lunes, abril 14, 2008

Ayer en Zaragoza hacía una tarde rara. Había un cielo muy tremendo en mi barrio, en el resto de la ciudad había como bastante bochorno. Aquella señora que cantaba por el patio de luces y que no nos dejaba pegar ojo decidió (bueno no creo que esta sea la palabra) arrojarse por la ventana. LLegarón cinco coches de policía, y toda la comunidad salió a la calle a comentar la jugada.
A través del patio de luces se ve su cocina que todavía tiene la ventana abierta y todos los enseres como si fuese a volver en cualquier momento. Muy tremendo. Todo.