Todos los dias cuando voy a trabajar en el autobus en la hora punta, hay una señora que se levanta de su asiento y grita: "Dios dice que quien le siga no andará entre tinieblas" Nadie rechista, ningún dia. Por otra parte tengo una vecina que en mitad de la noche o en cualquier otro momento se pone a cantar y a gritar, desde su ventana que da al patio de luces haciendose imposible pegar ojo. De nuevo, nadie rechista. Al dia siguiente saluda muy correctamente por la calle.